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Deporte politica e independencia del movimiento olímpico en tiempos difíciles

lunes, 8 de enero de 2024

Deporte, política e independencia del movimiento olímpico en
tiempos difíciles.


Por: Ing. Pedro Julio Quezada, Director de la Academia Olímpica Dominicana y
presidente de la Federación Dominicana de Arte y Cultura.


“En el deporte podemos perder lo más por lo menos. Es un bien de
inconmensurable valor social, a tal grado, que hoy forma parte de los
derechos constitucionales de la población dominicana”.


El deporte es uno de los “bienes” más aquilatados por las sociedades
contemporáneas, y ha sido una de las actividades de mayor crecimiento en
los últimos 50 años, esto se ha debido a todo lo que representa para las
economías, la inversión pública, la salud y el bienestar general de los
ciudadanos dentro de las sociedades modernas.


Paralelo a esto el deporte ha experimentado producto de este crecimiento y
de su impacto en todos los estratos sociales, unos cambios en sus estructuras
de dirección y gobernanza, con altos niveles de regulación en los planos legal,
ético y social, que ha ayudado con la transparencia, un régimen de
consecuencias cada vez más efectivo y su consolidación en todo el mundo.
Por supuesto que en este aspecto hablo del deporte organizado, que obedece
a las superestructuras tanto nacionales, regionales, como continentales e
internacionales, bajo la tutela del Comité Olímpico Internacional.


La articulación del deporte con la sociedad, funcionando como correa de
transmisión para promover la convivencia, la tolerancia y la solidaridad, han
sido desde sus orígenes las principales motivaciones del olimpismo de la era
moderna. Pierre de Coubertin fue sin dudas el propiciador de este
resurgimiento con una visión moderna de los valores del deporte.


Lo que está ocurriendo en el Comité Olímpico lo analizo desde dos líneas
de pensamiento:


Por un lado, han llegado a estas estructuras de dirección del movimiento
olímpico, una serie de liderazgos que sólo han procurado su visibilización
social y la concentración de poder en su favor.


Nunca se vieron como instrumentos del movimiento olímpico para promover
el deporte dentro de la sociedad, sino, como seres especiales que llegaron a
aportar su “talento” y hacerle un favor al deporte. Es decir, son ellos los que
finalmente valen, no la actividad que los ha requerido y que al final los ha
consagrado.


Muchos llegaron sin formación ni información a la cúpula olímpica,
producto de acuerdos y conveniencias, con unos conocimientos escasos de
lo que representa el movimiento olímpico internacional, no conocen la
historia, no saben de valores ni les interesa.


Son dirigentes pragmáticos, interesados en su propio bienestar, y muy poco
les interesan los atletas que son el centro y lo que le da sentido al movimiento
olímpico. Tampoco les interesa el fortalecimiento institucional de sus
respectivas federaciones, de ahí los últimos problemas de suspensiones de
dirigentes a todos los niveles.


La segunda línea de pensamiento es la inclusión de prácticas políticas
perniciosas, clientelares, en el ambiente del deporte. No ha sido la política
partidaria la que está en el deporte en este momento, si no sus peores
prácticas y modos de actuar. Se han equivocado de escenario.


Vale decir que los partidos políticos en la República Dominicana
históricamente han respetado al deporte organizado, a sus instituciones y al
propio Comité Olímpico Dominicano.


Sin embargo, la política y el poder nunca han estado fuera de la esfera del
deporte en el mundo. De hecho, las élites europeas de mediados del siglo
pasado fueron parte consustancial del resurgimiento del movimiento
olímpico.


No obstante, estos gestores supieron separar una cosa de la otra,
estableciendo líneas claras que con el tiempo se han ido moviendo de
posición conforme a cómo avanza el mundo y se adaptan a los cambios.
Hoy el Comité Olímpico Internacional ha demostrado cómo se superan los
temas de las urgencias políticas dentro de los espacios del deporte en el
mundo: Guerras, boicots, corrupción, compra de competencias deportivas,
tráfico e influencias, han sido sólo algunos de los temas que tiene que sortear
cotidianamente el COI.


Temas como la independencia política y económica de los dirigentes
vinculados al olimpismo y de las organizaciones que representan, la
independencia de los Comités Olímpicos Nacionales de los gobiernos
nacionales de manera que sus decisiones se tomen al margen de “lo político”, al margen de los intereses de determinados grupos económicos, y en favor de la sociedad, han sido normas que el movimiento olímpico ha tenido claras.

 

Todo esto bajo la dinámica de una relación armoniosa con el Estado y su
gobierno de turno, bajo un mutuo respeto y orientado en favor de la sociedad
como elemento esencial de las políticas públicas en este sector. Siempre ha
dado resultado esta búsqueda del bien común desde una relación de respeto y armonía entre gobierno y deporte.

  • Fuente: Fedoarcu
  • Autor: Fedoarcu

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